martes, 21 de abril de 2009

General sin batalla, Presidente sin elecciones


Carta abierta al señor Raúl Castro, auto titulado presidente de la República de Cuba: Placetas, 29 de marzo de 2009. Iris Tamara Pérez Aguilera.

Mi nombre es Iris Tamara Pérez Aguilera. Soy hermana de Mario Alberto Pérez Aguilera, uno de los tantos jóvenes cubanos a quienes los siniestros cuerpos de represión política -en contubernio con los tribunales que usted preside- cumple una injusta sanción de 10 años de privación de libertad por un fabricado delito común en represalia por su destacado activismo a favor de los derechos humanos.

Mi hermano, en casi tres años preso, es constantemente víctima de un sinnúmero de torturas que van desde golpizas, amenazas de muerte, negación por tiempo indefinido del derecho a alimentarse, etc. Estos y otros tratos han sido de forma reiterada denunciados por los canales correspondientes, que en balde existen dentro de la cruel dictadura que usted preside, y recibimos silencio como respuesta de sus marionetas en cada una de sus instituciones gubernamentales.

Ante el silencio no tuve otra opción que comenzar una protesta el 17 de febrero último, en exigencia de las demandas, entre ellas el cese de la represión contra los presos políticos, una digna y decorosa vivienda para cada cubano y la publicación de los pactos internacionales de derechos humanos.

Señor dictador, sirva la presente para acusarle ante el mundo de toda una gama de actos que en cualquier parte y bajo cualquier circunstancia constituyen típicos casos de terrorismo de Estado.

Lo acuso, Raúl Castro, de ser el máximo responsable del ataque con gas nocivo que sus oficiales de la policía política y Brigadas de Respuesta Rápida del Ministerio del Interior lanzaran cobardemente contra mi vivienda en la madrugada del 25 último, ocasionando serias secuelas en las personas que los aspiraron.

Lo responsabilizo ante el mundo y su propio pueblo por el secuestro del que fueron objeto dos pacíficos opositores defensores de los derechos humanos- Segundo Rey Cabrera González, estando internado en la cama 6 de terapia intensiva del Hospital General de Placetas producto de una neumonía como secuela de la huelga de hambre que realizaba, así como el del periodista independiente Carlos Michael Morales Rodríguez cuando lo cuidaba en el citado hospital. Estos actos de secuestro perpetrados por altos oficiales de la policía política, subordinados suyos, denotan la naturaleza criminal de un gobierno engendrado por usted y su hermano convaleciente.

Sepa usted, General, que lo culpo del asedio del que es víctima mi vivienda desde hace medio mes, donde un aparatoso operativo de fuerzas combinadas de la Seguridad del Estado y la Brigada Especial de su policía, que nada tiene de revolucionaria y sí mucho de represiva y cobarde, se mantiene contra esta morada sede de la protesta.

¿Cuál es el temor de que a nuestra vivienda lleguen los activistas para solidarizarse con nosotros? ¿Por qué sus fuerzas policiales rodean mi vivienda, donde sus ocupantes cuentan como únicas armas con la moral y la justeza, de las que carecen usted y su régimen?

Lo estoy responsabilizando del estado de terror que está causando entre los pequeños del círculo infantil que colinda con mi vivienda tras el ataque de gas tóxico, el clima de acoso y violencia física y verbal y el despliegue militar contra la misma.

General sin batalla, Presidente sin elecciones, soy una joven madre de un niño de 14 años de edad al que desde el 17 último no puedo abrazar o besar porque sus agresivas fuerzas militares impiden todo acceso al domicilio. Le increpa la hija de una enferma y anciana madre que no me puede visitar porque el estado de sitio de sus tropas le cierra también el paso.

Quien le escribe no le pide clemencia ni tan siquiera justicia, porque en su mentalidad y gobierno, ese término es tan ajeno como contraproducente, pero permítame alertarlo de algo. Es nuestra decisión continuar esta protesta hasta las últimas consecuencias de no obtener las principales demandas que exigimos, las que con relación a Caridad García Pérez y Mario Alberto Pérez Aguilera ocupan nuestra concreta atención.

Lejos de saludarle concluyo deseándole el inminente final para el régimen tiránico y totalitario que usted preside, y no lo digo por odio ni revancha, sino porque son ustedes los máximos responsables de la crítica situación que atraviesa Cuba, en ya medio siglo de opresión.

Iris Tamara Pérez Aguilera
Presidenta del Movimiento Feminista
por los Derechos Civiles Rosa Parks
Miembro de la Coalición Central Opositora
Miembro de la Unidad Liberal de la República de Cuba

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