miércoles, 17 de marzo de 2010

El castrismo solo respeta el derecho a morirse

Por el Comunicador Comunitario Eriberto Liranza Romero.

Es casi seguro que el gobierno de los Castro no acceda a los reclamos del disidente Guillermo Fariñas Hernández, de poner en libertad a los presos políticos, los que se encuentran en peligro de muerte en las cárceles del régimen por su delicado estado de salud.

Esta huelga de hambre del opositor ha sacado aún más lo sanguinario y diabólico de este sistema comunista, que por mantenerse en el poder mata y deja morir a los hijos de la Patria.

Ahora resulta que el cubano tiene “derechos bioéticos”, ya no encuentran que hacer o decir para encubrir sus crímenes contra el pueblo ¿Por qué no respetaron esos mismos derechos con Miguel Valdez Tamayo?, ¿Por qué no permitieron que viajara a Holanda para recibir tratamiento médico cuando estaba visado para salir del país? Ahora piden cínicamente a España que brinde asilo a Fariñas y el gobierno cómplice de Zapatero, con el no menos compinche Miguel Ángel Moratinos se rindió ante la petición de los verdugos de tantos compatriotas, ¿Por qué Castro negó la salida a otros que ya han muerto reclamando su derecho a exiliarse?

No es asilo lo que el gobierno español debe brindarle a Fariñas, sino todo el apoyo que merece su digna acción de defender los derechos de sus hermanos, y reclamar al régimen de la Habana que excarcele a todos los presos políticos incondicionalmente, solo así serán un poco merecedores de respeto.

El régimen acusa a Fariñas de padecer “desajustes mentales” por agresión, algo que es muy difícil probar teniendo en cuenta los procedimientos del sistema de justicia cubano, ¿Por qué no acusaron de ese desajuste mental al ex ministro de exteriores Raúl Roa cuando se levantó de su asiento y golpeó en la cara al representante de Chile quien hacia su intervención en la ONU? Tendrían que dar el mismo diagnóstico a todos esos cubanos que se dejan manipular al participar en los vergonzosos actos de repudios y golpean indiscriminadamente a sus compatriotas por el solo hecho de pensar diferente. Si Fariñas pegó a esas personas realmente, el único culpable sería el mismo régimen por enseñar métodos y doctrinas de odio, no es más que un bumerán que vuelve al que lo lanzó.

Usar la violencia no es bueno, pero qué esperar de una persona que hasta ese momento servía al gobierno, no podía obrar de otra manera. Muchos disidentes entran a la oposición con pretensiones de realizar actos violentos contra el régimen y luego se les educa en la lucha pacífica, se les enseña, además de español y otras asignaturas básicas, que nunca se opte por la violencia.

El castrismo puede evitar otra muerte innecesaria con solo acceder a las demandas de Fariñas, estos justos reclamos vienen escuchándose desde el mismo instante que ocurrieron los juicios sumarísimos de la Primavera Negra en marzo de 2003, toda la comunidad internacional ha estado denunciando los casos de abusos e incluso tortura a los que son sometidos los presos políticos.

Mientras los comunistas continúen tergiversando los reclamos de la oposición interna, en Cuba no podrá haber diálogo alguno, para estos trogloditas ser democrático es ser un “vende Patria”, quien reclame derechos básicos del ser humano es tildado de “mercenario”, solo conocen la represión y el miedo como método de gobierno, creer que será de otra manera es un absurdo.

Ante tanto fratricidio por parte de la cúpula gobernante, la determinación de “Coco” Fariñas llama a la reflexión más que a la crítica, si fueran sus demandas intereses personales no cabria su hazaña en un renglón de la historia, después de todo, una máxima de Jesucristo en él se ha cumplido: “No hay mayor amor, que uno ponga su vida por la de sus amigos”.

Ciudad de La Habana, 13 de marzo de 2010


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