miércoles, 14 de abril de 2010

El poeta de los obreros

Por Julio César Gálvez.

Las nuevas generaciones de cubanos lo conocen poco, menos saben acerca de su obra. En las librerías no se encuentra lo que de él se publicó, y aunque La central de Trabajadores de Cuba, convoca anualmente a un concurso literario que lleva su nombre, Regino Pedroso, ya pasó, es poco mencionado y mucho menos publicado.

Sus primeras poesías escritas hasta 1918, lo ubican como un amante de un modernismo Parnasiano y sensual. Donde sobresale la Ruta de Bagdad, incluida en la antología la Poesía Moderna en Cuba (1882-1925) realizado por los intelectuales Félix Lisazo y José Antonio Fernández de Castro.

Regino Pedroso nació en Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas, el 5 de abril de 1896, cuando La Guerra Necesaria contra España proclamada por José Martí, había sobrepasado su primer año de contienda. Hijo de padre chino y negra cubana, El Chino, como muchos lo apodaban, estudió en varias escuelas públicas de su provincia natal.

La Enseñanza fue interrumpida cuando solo tenía 13 años y tuvo que comenzar a trabajar como aprendiz de carpintería, por presentarse una situación económica familiar insostenible, en esa época laboró además en una fábrica de acero y más tarde en un taller ferroviario.

Entre 1919 y 1920, el diario El Fígaro y las revistas Castalia y Chic publicaron sus primeros versos, pero su obra comienza a ser tomada en cuenta cuando en 1927 el suplemento literario del Diario de La Marina, publicó su poema Salutación Fraterna al taller Mecánico.

Con lo que se inaugura en Cuba La Poesía Social, de amplia base clasista. A partir de 1930 pasó a trabajar como redactor en la sección dominical de La Prensa, en lo que sería su inicio en el periodismo, cuando fue despedido como mecánico ferroviario.

Posteriormente se desempeñaría como redactor y corrector de pruebas en Ahora, Bohemia, Social, Revista Avances, Carteles, El Mundo, y El País, lo mejor de la prensa cubana en aquel entonces.

Su primer poemario: Nosotros (1918-1938) salió publicado a fines de 1938 y un año después vio la luz Más allá Canta El Mar, libro con el que alcanzó El Premio Nacional de Poesía. En 1945 se publica Bolívar, Sinfonía de Libertad. En 1952 Y Lo Nuestro Es La Tierra, el cual es incluido en la antología Cincuenta Años de Poesía Cubana (1902-1952) realizada por Cintio Vitier y publicada por la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, en 1952.

“Y lo nuestro es la inmensa fragua del sol / y el canto del martillo / y el gran tapiz del mar, bordado de peces / la fuerza múltiple del taller y la fábrica / el gesto rebelde, la esperanza / y el músculo/ y lo nuestro / es el dolor de los que sufren... y esperan / llegarán los grandes días / como monedas nuevas rodando sobre la vida / y entonces nuestras manos se colmarán de júbilo!

En el año de 1955 sale a la luz El ciruelo de Yuan- Pen- Fu, poemas chinos, una obra única, mayor, de madurez, donde rinde homenaje a sus ancestros asiáticos.

Fue autor de múltiples cuentos, ensayos, trabajos periodísticos, y trabajó hasta 1959 en la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, posteriormente se desempeñó como Consejero Cultural de Cuba en la república Popular China y en México.

Tras su fallecimiento en 1983, su obra poética que ya había menguado ha sido menos publicada y sus libros apenas se pueden obtener en las librerías hoy día.


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