miércoles, 9 de marzo de 2011

Desafíos del cuentapropismo


Por Aimée Cabrera.
El Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (MTSS) autoriza 178 actividades para ejercer el trabajo por cuenta propia como opción para los trabajadores que pierden su vínculo laboral.
Esta coyuntura permite además que otras personas desvinculadas por diversos motivos opten por uno de los más de cien oficios cuya realización están aprobados por la Resolución No 32 del 7 de octubre del 2010.
No obstante, la lista de actividades no está completa, al no tener en cuenta a los profesionales. Está prohibido que trabajen de forma privada los abogados, economistas y contadores, así como médicos y estomatólogos, entre otros.
Estos trabajadores han dedicado parte de sus vidas a profesiones que exigen experiencia, por ello no entienden el por qué de la prohibición y opinan que es absurdo que no hayan sido aprobados en dicha relación.
Una estomatóloga jubilada hace un par de años se siente joven aún para brindar un servicio que el Estado no puede garantizar del todo. Ella tiene familiares en el exterior que pueden enviarle el dinero y otras utilidades para trabajar por cuenta propia, pero a la vez sabe que por el momento su sueño es una quimera.
Otras cientos de miles de personas han quedado disponibles, debido a los despidos masivos en las plantillas infladas, y lo peor es que no tienen el dinero para asumir el nuevo trabajo independiente.

Mientras que otro gran número de ciudadanos trabaja de manera clandestina y se arriesga a continuar de esta manera, pues no se decide a legalizar la labor privada que hace, por diversos temores como pueden ser el aumento en el pago de las licencias, o el dedicarse a actividades que no les reportan las ganancias deseadas.
En este caso está una joven madre divorciada que se decidió a vender alimentos ligeros en su casa ubicada en la periferia de la capital. Ella debía pagar 200 pesos mensuales de licencia, y 250 de licencia sanitaria; en caso de emplear a otras personas debía pagar al Estado 150 por cada trabajador.
“Necesitaba unos 500 pesos para comenzar, sin contar el dinero para comprar comida y otras cosas que se necesitan. Imagínate, no vivo en un lugar céntrico, hay horarios que no se ve a nadie, no se vende tanto para todo lo que hay que pagar”-admitió.
Al cierre del 2010, más de 75 000 licencias fueron otorgadas en todo el país; a esta cifra hay que añadir 8 342 solicitudes, las cuales se encuentran en trámite de ser aprobadas, el 68 % corresponde a quienes no tenían un empleo permanente, y el 15 % a jubilados.
Las actividades más requeridas por parte de los cuentapropistas son las relacionadas con la venta de alimentos, el transporte de pasajeros, la venta de artículos para el hogar y el arrendamiento de viviendas.
El obsoleto sistema cubano se prepara para convivir con un sector privado al que le ha puesto innumerables barreras difíciles de ignorar. El cubano medio ve que tiene pocas posibilidades para vivir con estabilidad y decoro, por lo que el éxodo se mantiene como única aspiración válida para alcanzar cierta prosperidad.

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