miércoles, 15 de agosto de 2012

¿Dónde está mi dinero?



Barcelona/ Mambí en A/ El ciudadano que plantea este caso llegó a ser auxiliar de la policía, pero ante la indiferencia de las autoridades a todos los niveles, recurrió a la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios buscando ayuda, declarando:

“Yo: Juan Bautista Olivera Morales, ciudadano cubano, natural de Manzanillo, Granma, con carné de identidad No. 48052406523 y domicilio en el Palmar, Blanquizar, me dirijo a la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios para formular la presente queja, motivada por mi inconformidad respecto al tratamiento que me han dispensado por la vía judicial, donde se han agotado todos los recursos, más permanece vulnerado el derecho a pago con carácter retroactivo”.

“El 28 de agosto de 1999 las autoridades administrativas de la Unidad Básica del Molino Arrocero Julio Senón, donde me desempeñaba en el cargo de Molinero B, me involucraron en un hecho constitutivo de delito, consistente en la sustracción de 4 sacos de arroz en polvo, lo que provocó la medida disciplinaria de separación definitiva de la entidad”.

“Establecí las correspondientes impugnaciones sin éxito alguno. Incluso el Tribunal Supremo dictó la sentencia desfavorable No. 188, con fecha 11 de noviembre de 1999”.

“El 16 de enero de 2001 dirigí una carta a Raúl Castro Ruz, que tras promover una investigación minuciosa, se determinó por el Presidente del Órgano de Gobierno Municipal mi inocencia y mi reincorporación al puesto de trabajo, donde recibí el beneficio de la jubilación por edad, más quedó pendiente la indemnización por daños y perjuicios, que hasta la fecha nadie ha asumido a pesar de las reiteradas quejas y reclamaciones a los organismos de la Administración Central del Estado y al propio sistema judicial, yo me pregunto: ¿Quién se robó mi dinero?”

Informó desde Manzanillo, Cuba, el Dr. Santiago Emilio Márquez Frías, Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.

Así no actúa un padre



Por: Arnaldo Ramos Lauzurique.

Eliyanes Sánchez Rojas ha tenido que recurrir a las autoridades policiales durante casi 3 años, desde el 23 de diciembre de 2010 hasta el 28 de julio de 2012, en más de 6 oportunidades para denunciar los actos de violencia de su padre, Juan Carlos Sánchez Pérez, contra ella y su vivienda, sin que hayan detenido estas acciones.

Su madre, Teresa Ivonne Rojas Acosta, fue a vivir desde los 12 años junto con su hermana, al usufructo gratuito de su abuelo en la calle Figueroa No. 112 interior entre Luis Estévez y Estrada Palma, en Santos Suárez, municipio 10 de Octubre, La Habana.

Desde 1988, Teresa Ivonne estuvo casada con Juan Carlos Sánchez Pérez y tuvieron dos hijas: Eliyanes y Holiday. En 1994 se separaron y legalmente se divorciaron en el año 2000.

En 1988 Teresa Ivonne coordinó con los vecinos del lugar para con sus propios medios fabricar un cuarto, razón por la cual pudo comprar algunos materiales y otros le fueron facilitados por su centro de trabajo, con lo que construyó una vivienda de 47,03 metros cuadrados, con sala, comedor, cocina, dos dormitorios y un baño.

Estas acciones constructivas sufragadas mayormente por Teresa Ivonne, culminaron en 2004 y aunque trató de legalizarlas en varias oportunidades, no fue posible, debido a que las instalaciones de agua potable no estaban realizadas correctamente.

Luego del divorcio, Juan Carlos ayudó a su otra hija, Holiday, a que construyera otra pequeña vivienda al lado del apartamento edificado por su madre.

En mayo de 2010, después de salir de prisión por una pena que no culminó por enfermedad, aunque tiene que presentarse mensualmente a las autoridades, Juan Carlos aprovechando que Eliyanes no se encontraba, rompió la pared que separaba ambos locales y le retiró el servicio del gas y electricidad, además de cerrarle la entrada, alegando que él es el único propietario de todo lo construido y que Teresa Ivonne, ni Eliyanes gozan de derecho alguno.



Tanto la madre como la hija, se han dirigido a las instancias correspondientes sin resultado alguno. Juan Carlos se ha apoderado de la vivienda y no le permite el acceso a Eliyanes, que tiene dos hijos pequeños, y para colmo las autoridades policiales no han actuado para impedir sus desmanes, que han llegado hasta las agresiones físicas, en lo cual también ha participado el marido de su hermana, Delvis Pineda Ramos.

La Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, después del último ataque, se entrevistó con el Segundo Jefe de la Unidad de Policía de Aguilera, y éste alegó que no podían actuar porque era un problema familiar y de Vivienda (refiriéndose al organismo), pero que no obstante iban a hacer trabajo profiláctico, el que consistió en llamar a la presencia de un instructor policial al padre y a la hija y amenazarlos con una multa.

Las dos, madre e hija, se encuentran actualmente desamparadas, sin poder acceder a su casa, ni a las pertenecías que tienen en ella, de las cuales no saben el destino que han tomado; y la única respuesta de la policía es la posibilidad de multar al infractor.

Una persona que está en libertad supervisada actúa impunemente, maltratando y golpeando, para colmo a su propia hija y vulnerando sus derechos, sin que las autoridades le pongan coto.

Este es uno de los tantos conflictos en la sociedad civil, producido por la falta de viviendas, las leyes arbitrarias, las decisiones tomadas a cualquier nivel y la corrupción. Pero, desgraciadamente el final puede ser que ella obtenga una vivienda de madera en el cementerio y él vuelva entonces a residir en cualquier prisión.

domingo, 12 de agosto de 2012

Dormir entre hurones



Barcelona/ Mambises en A/ Lázaro Valdés Mejía de 75 años, vecino de Versalles 411 entre Amargura y Candelaria, Guanabacoa, La Habana, Cuba:

“Soy un hombre que vive solo, mi casa está en muy mal estado y la pensión que recibo no me alcanza ni para comer, me han visitado empleados de Bienestar Social y me dicen que me van a ayudar y todavía estoy esperando esa ayuda. Para dormir tengo que poner los pies dentro de un saco, porque en mi casa no hay gatos, sino hurones, por lo que tengo miedo ser mordido por esos animales y me contagie un virus como la rabia. Esta es la vida de un cubano más sin esperanza alguna”.

Informó desde La Habana, Cuba, Fermín Zamora Vázquez, Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.

No es un arroyo, es un salidero de agua



Barcelona/ Mambises en A/ Bárbara Hernández Samón, vecina de Amistad entre Lidester y Torres, Reparto La Jata, Guanabacoa, La Habana, Cuba:

“Mis vecinos y yo hemos planteado sobre el salidero de agua que afecta a varias cuadras en las reuniones de “Rendiciones de Cuenta” que hace el Poder Popular. Al igual la Delegada se ha dirigido al Gobierno y algunos miembros del mismo visitaron el lugar sin obtener respuesta. Posteriormente nos quejamos por la televisión en el Canal Habana. En otra ocasión vinieron representantes del Gobierno y nos respondieron que no hay recursos para solucionar este problema que nos está afectando hace ya varios meses o casi un año. La afectación empieza desde la calle Carolina hasta la calle Amistad, y hemos pedido que nos arreglen esas calles y que comunales limpie y recoja la basura, pues no tenemos tanques donde arrojar la misma”.

“Todo esto trae mosquitos y otros insectos provocando el brote de epidemias como el cólera y el dengue”.

Informó desde La Habana, Cuba, Ivis María Rodríguez González, Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.

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