jueves, 11 de agosto de 2011

Transporte público en Cuba Sí pero No


Barcelona/ Mambí en A/ A pesar de que el gobierno de Cuba informa continuamente de la mejora del transporte y sus servicios, la realidad los contradice, los desmiente, los descubre, según muestran las fotos tomadas en La Habana.
Es cierto que ya no vamos en “rastras” (camiones grandes adaptados como autobús, apodados “camellos”), ahora son ómnibus con mejor confort pero muy calurosos, son insuficientes e irregulares, cada día llego tarde a mi centro laboral por la inestabilidad del horario de la ruta P-10, manifestó Francisco Díaz, un señor de unos 50 años de edad.
Es un dolor de cabeza salir a algún lugar entre lo infernal que está el transporte y el calor que es agobiante. Para ir a trabajar me he pasado hasta 45 minutos esperando la ruta 22, dejaba saber una señora de unos 28 años de edad quien ejerce como doctora en un médico de la familia en el Vedado (barrio céntrico de La Habana), que pidió no publicaran su nombre ya que podía perder su trabajo cuando se enteró que yo ejercía como periodista independiente.
En los paraderos de ómnibus se puede apreciar la gran cantidad que se encuentran averiados por no recibir el mantenimiento programado y adecuado, otros por falta de piezas de repuesto. Faltan neumáticos, filtros y otros accesorios, informó un jefe de taller.
La interrogante que se plantean los cubanos es si el gobierno es el dueño de todo en la isla: fábricas, empresas, exportaciones e importaciones, cobra por los beneficios de las empresas extranjeras en Cuba, almacenes, cómo es posible que no sea capaz ni de mantener un medio de transporte estable, cuando en toda Cuba transitan autos y camiones particulares fabricados hasta de los años 20 dando un servicio constante en moneda nacional, y abasteciéndose de los recursos del estado.




Fotos e información enviadas desde La Habana, Cuba, por Julio Beltrán Iglesias.

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