Sucesos narrados por el comunicador comunitario Ernesto Leonardo Soler Nieves.
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En el Reparto El Globo, del Municipio Boyeros, Ciudad Habana, específicamente en la Laguna Castro, número 30 716, transcurre la existencia de un humilde matrimonio conformado por Eustaquio Orihuela Hernández de 63 años de edad y María Elena Morfa Márquez de 55 años de edad, quienes aseguran vivir allí hace 41 años, pero hoy en día su panorámica de vida se torna diferente, puesto que expresan su gran preocupación por las condiciones de un sobre nivel de las aguas que presenta la llamada: Laguna Castro, la cual hace ya algún tiempo ha comenzado a desbordarse. Debido a esto, el agua se contamina con los desechos de los vecinos más cercanos, entrando el agua por todos los cuartos de la casa, tapando los tragantes y deteriorando los pocos muebles que poseen, hasta cubriendo además la taza del baño, muchas veces no pueden ni entrar para hacer sus necesidades fisiológicas porque el baño está completamente inundado. Esta Laguna estaba controlada pues tenía un sumidero de 12 pulgadas de ancho que eliminaba cierta cantidad de agua para evitar el desborde de la misma, pero ante la falta de mantenimiento y el indiscriminado vertimiento de basura, terminó tupido.
Ante la desesperación de Eustaquio y María Elena, lo plantearon al Delegado de la Circunscripción del Poder Popular, al Comité del Partido Provincial y a la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV), su situación es catalogada peligrosa ante un fenómeno atmosférico de grandes dimensiones como un huracán o ciclón, exponiendo hasta sus propias vidas. Debido a esta situación tan crítica y sin solución, el pasado 5 de enero del año en curso, Eustaquio sufre un infarto cardíaco antecedido por una angina de pecho el 19 de diciembre de 1998, y una trombosis el 11 de noviembre del mismo año, que le ocasionó una parálisis en la parte izquierda del cuerpo, y aún en estas condiciones no se le ha dado una respuesta por parte de los organismos del Estado. Ellos dicen temer por sus vidas, pues creen que si continúan estas situaciones, algún día amanecerán ahogados si sube un poco más el nivel del agua.
Ciudad de La Habana, 19 de noviembre de 2009.
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