Por Rolando Rodríguez Lobaina
Guantánamo. —Lo daba por perdido, como es costumbre en nuestro tipo de lucha. Quizás, pensaba, lo ocupó la seguridad del estado en aquel registro domiciliar en casa de mi mamá el 29 de abril.
Tal vez yacía olvidado en unos de los lugares que por disciplina tenemos que ocultar del alcance de las manos de la represión. No piense el lector que me refiero a objetos explosivos ni armas, ni nada por el estilo. Hablo de papeles que contienen en su interior criterios distintos a los intereses del gobierno cubano o críticas realizadas a la forma en que el mismo determina el futuro de mi patria.
Nunca se sabe cuando te tocarán a las puertas o en qué lugar de las calles que recorro a diario tomarán mis cosas para cachearlas y ocuparlas por lo que son naturales en la conducta las medidas tomadas para esconder los "comprometedores" papeles.
Lo cierto es que aquel documento titulado Memorando de la Juventud Cubana de homenaje a los Mártires de la Plaza de Tiananmen, regresó a mis manos por obra divina y como no tengo acceso a la Internet como para extraerlo cuando desee, por eso lo hago ahora.
Me decidí traer el recordatorio del intento de la velada de aquel 4 de junio de 2008 cuando varios jóvenes de distintas partes de Cuba se habían congregados en el corazón habanero, sito en Línea y L del municipio Vedado, para homenajear a los caídos precisamente frente a un monumento erigido a los chinos que cayeron en la guerra de liberación contra el colonialismo español del siglo XIX, en nuestra patria.
En un almuerzo nada más y nada menos que frente al edificio de la DGI (Departamento General de Inteligencia) ubicado en Línea y A, ultimamos los detalles de la solemnidad mi hermano Néstor, Antúnez, su esposa y yo. La idea partía en sentarnos una hora con una vela encendida a las 10,00 AM frente al obelisco donado a los mártires del gigante asiático. El día escogido en la semana era miércoles.
La noche anterior de la celebración Antúnez y demás fueron detenidos y deportados hacia su provincia de origen, Villa Clara. Se había filtrado la información de la actividad. Nos refiere luego Antúnez que uno de sus hombres realizó una llamada misteriosa a las 11,00 de la noche y minutos después viajaban en un autobús a disposición para la ocasión por órdenes de la policía política.
Para cuando nos dimos cita al día siguiente los jóvenes de Oriente en 21 y J (lugar de reencuentro acordado), detrás de Coppelia, todo estaba copado por el llamado Departamento 21 (Departamento Nacional encargado de reprimir a lo oposición interna). Los autos marca LADAS pasaban de ida y regreso constantes por las arterias de L, M, 23, 21, 19, 17. Detuvieron a Enyor Díaz Allen y Roberto de Jesús Guerra Pérez.
Pasada una hora, era imposible cumplimentar nuestro modesto y noble gesto histórico, el factor sorpresa había fracasado.
Vestidos de Universitarios sin Fronteras nos encaminamos a la casa de Roberto de Miranda, con licencia extra penal de la llamada causa de los 75, y realizamos una vigilia por la fecha. Poco tiempo después, el 31 de agosto, Yordis García Fournier iba a prisión. Había participado en el desafío cívico.
No importa como las cosas ocurrieron. Pasado dos días acordamos lanzar un memorando que lo dice todo. Se sabe que en la propia China no todos conocen lo que ocurrió un 4 de junio de 1989 cuando estudiantes protestaron en la Plaza de Tiananmen exigiendo aperturas democráticas.
El gobierno optó por aplastar la resistencia lanzando los tanques de guerra contra el foco rebelde. Se hablan de cifras alarmantes de muertos. Como es característico de los regímenes totalitarios la información ha sido distorsionada y oculta a los ojos del pueblo chino.
El gobierno cubano expresó solidaridad con la masacre como lo hizo cuando la invasión de las tropas soviéticas en la antigua Checoslovaquia, ese mismo año por motivos similares.
Por cierto, el 2 de octubre es una fecha fijada con hierro en la historia de México: fue el día que se cometió la matanza de Tlatelolco. Aunque la cifra de muertos es confusa, se habla de unas 300 víctimas en este acto sangriento. Los estudiantes se manifestaban por la desigualdad, la injusticia y la corrupción en la plaza de Las Tres Culturas.
Por eso estuvimos ahí ese 4 de junio, y por eso pactamos con la historia el compromiso de no quedarnos callados ante la barbarie y los crímenes de lesa humanidad. Algunos ya no están con nosotros, el camino del exilio fue una necesaria elección. Otros guardan cárcel.
A diferencia de los mandones de La Habana que mantienen silencio con los actos de los grupos fundamentalistas como Hamas y la Yihad Islámica, que ponen bombas a autos con niños en Israel, o mantienen simpatías con la narco guerrilla colombiana que secuestra a civiles y mata cada año a miles de colombianos por actos terroristas, o las influencias con figuras criminales como el extinto Saddam Hussein, el narcobandolero de Noriega, el súper buscado Osama Bin Laden y otras tristes célebres personalidades, nosotros revivimos el llanto de muchos como lo hacemos con nuestras sufridas madres que han perdidos a sus hijos fusilados, ahogados en el Estrecho de la Florida o cuando menos se encuentran cumpliendo penas de prisión por motivos de opinión.
Aunque pase el tiempo, aunque estemos en prisión o lo que Dios nos depare, el Memorando de La juventud Cubana reproducido abajo queda pendiente para la Cuba libre del mañana. No importa los que crean muchos, estoy convencido que ese tiempo llegará. Para entonces, otros cumplirán el deseo de que quede marcado un lugar en el mundo para detestar el oprobio.
Memorando de La Juventud Cubana en homenaje a los Mártires de la Plaza de Tiananmen.
Hace 19 años el mundo se despertó sobresaltado ante las imágenes de los estudiantes chinos aplastados por los tanques de guerra bajo las órdenes del gobierno comunista del gigante asiático. Los sucesos ocurrían el 4 de junio de 1989 en la Plaza de Tiananmen, perteneciente a la ciudad de Pekín. El motivo principal: Aperturas Democráticas.
Durante la guerra de liberación en Cuba contra el colonialismo español del siglo XIX muchos nacionales de ese lejano país, en gesto de genuino altruismo humano ofrendaron sus vidas en solidaridad con la causa del pueblo cubano.
Hoy las nuevas generaciones de cubanos comprometidos con la lucha cívica y de paz, herederos de los idearios emancipadores de nuestra patria en su lucha por la libertad definitiva, hacemos firme la decisión de erigir un monumento en una Cuba democrática a los Mártires de Tiananmen, aceptados en esta isla caribeña como hijos pródigos defensores de los derechos del hombre.
Sírvase esta decisión de lección al mundo de que estos regímenes de fuerza que desprecian en sí la especie de lo distinto, deben ser enfrentados y aislados de la comunidad internacional, acogidos a los pactos y convenios de los derechos humanos.
Sírvase además, devenido de la experiencia del caso de nuestro país regido por gobierno de corte totalitario, para si algunos de los firmantes abajo no pudiese cumplimentar este noble gesto solidario de amor a las causas justas producto del encarcelamiento, el exilio forzoso o la pérdida de la vida, sean otras generaciones las que levanten el referido monumento en nombre de los que creyeron y defendieron por encima de toda ideología, el concepto patrio.
Dado en Ciudad de la Habana, Cuba, el día 6 de junio de 2008.
Para su validez y efectos posteriores, lo firman:
Yordis García Fournier (recién excarcelado), Yanet Mosquera Cayón, Néstor Rodríguez Lobaina, Rolando Rodríguez Lobaina, Eliécer Consuegra Rivas (en el exilio), José Ramón Herrera Hernández, Cristian Toranzo Fundichely, Tatiana López Blanco, Adrián Sánchez Ortega, Rafael Pérez Sotolongo, Idalmis Núñez, Enyor Díaz Allen (en prisión), Jorge Luis García Pérez (Antúnez), Idania Yanes Contreras, Iris Pérez Aguilera, Ismari Salomón Carcasés, Juan Carlos Hernández Hernández, Osmani Segura, Carlos Serpa Maceira, Álvaro Yero Felipe y Roberto de Jesús Guerra Pérez.
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