Por el comunicador comunitario Yazmani Nicles Abad.
La ciudadana Elena García García, vecina de la calle 1ra. No.6368 entre Obispo y San Andrés, municipio Guanabacoa, me comunica la siguiente queja:
“Hace aproximadamente 3 meses se presentó en mi casa una trabajadora social, haciéndome preguntas, por ejemplo que con quién vivía, y le dije que sola, pero mi hijo estaba anotado en mi libreta y ese fue mi mayor error, porque ahí empezó el debate sicológico. Después de 15 minutos de conversación ya ella tenía su veredicto final y con el rostro sonriente me dice: “Bueno vieja, le tengo que retirar la chequera”. Atolondrada y confundida por la noticia le digo, fíjate bien mi'jita, tengo 62 años y ese es mi único sostén, a lo mejor te confundiste. Ella me respondió: “No me confundí, esas órdenes vienen directas de mis superiores y no puedo hacer nada”, en ese momento empecé a pensar de qué iba a vivir y me vino a la mente la miseria que dan en el mercado, pero ni eso puedo coger, porque no tengo dinero”.
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