Foto: Católicos reunidos en La Habana para recibir a Mamberti. Hablemos Press.
Por Jaime Leygonier, Hablemos Press.
La Habana.― El miedo al César en coctel con la mentalidad de "cosa nostra", "la ropa sucia se lava en casa", "¿qué dirán de nosotros?" y "no disgustemos a personas respetables" crean un silencio tan denso que un alfiler que caiga resuena como cañonazo y en lugar de cuidarnos a los pocos críticos de Cuba, como a especie en peligro de extinción, nos tiran a la cabeza.
Nunca acudo a réplicas porque escribo suficientemente claro como para que nadie en desacuerdo con mi opinión pueda tergiversarla, carezco de internet y tiempo para responder tergiversaciones - y menos anónimas - y me sobran problemas como a cada cubano - más los del "contrarrevolucionario".
Por ejemplo, acabo de recoger de delante de mi puerta unos restos de pollo que podrían ser un intento de envenenar a mi perra, comida tan anónima como ese criticarme desde un anonimato que no comprendo puesto que no tienen que temer que yo les envié mis policías a prenderlos.
Y si Alcohólicos Anónimos es respetable, los evangélicos anónimos se desautorizan al censurar, parecen no ser tan evangélicos y - puesto que es sabido que el Régimen tiene empleados para que "debatan" en internet - podrían figurar en la misma plantilla de los envenenadores de perritos contrarrevolucionarios.
"Y/o" entre los "hermanos en la fe" que demuestran su "reconocimiento" al pastor Homero Carbonell desamparándolo con su silencio y ni siquiera escriben anónimos para protegerlo a él y al pastor Pérez Hernández que se queja de expulsado por la Convención Bautista del Occidente de Cuba por criticar públicamente el adoctrinamiento pro-gubernamental de la "Campaña 50 días de oración por Cuba".
Hechos ambos - política campaña "de oración" y expulsión por causa política del pastor Pérez - en los cuales participó el Rev. Carbonell, a quien mi crítica protege más que el respetuoso silencio fraterno.
A propósito y cuidado con el mecanismo estatal de propalar rumores que Carbonell denuncia! A nadie extrañe que "hermanos en la fe" comenten "su preocupación por el pobre Homero que lo queremos mucho y escribió porque está loco ya por la edad".
El Rev. Pérez se va a celar que los anónimos me prefirieron e ignoran la denuncia de él, porque no pueden decirle como a mí que "no es evangélico ni conoce a Carbonell". A Pérez nadie lo desmiente, aunque le colgaron el San Benito de hipercrítico.
Por desgracia - pues el saber hace sufrir - si estoy enterado de interioridades de los evangélicos y de los no evangélicos que los corrompen: Los disgustados por lo que digo sepan que también callo porque mi ánimo no es escandalizar sino combatir el escándalo.
Pero me encantaría leer a otros mejor informados y que esos sean los que al orar a la hora de dormir piensen si los arrestarán a las 2 de la madrugada. Más ellos prefieren que eso me toque a mí…
Cada quien sabe porqué no obra y a nadie critico por no pensar y hacer lo que yo, salvo que me hagan sentir como la señora que está trapeando mientras pasan y le pisotean lo que limpia.
Escribo desde 1998 o' 97, exclusivamente de temas que conozco y evitando todo ataque personal: únicamente he contradicho a personas públicas cuando sus afirmaciones me preocupan de que traigan confusiones aprovechables por la tiranía.
Recuerdo que dos veces discrepé del Sr. Payá Sardiñas, una porque creí contraproducente un elogio suyo a mi Iglesia católica, a la que calificó como a refugio de democracia y entonces venia yo combatiendo los polvos de contemporizar la Iglesia con el Gobierno que trajeron los lodos actuales.
Únicamente he censurado con acritud al arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, aunque resaltando que no debemos centrarnos contra él puesto que la Iglesia católica es mundial y, por tanto, su política cubana obedece forzosamente al Vaticano.
Y si ahora me ocupo de la carta abierta que el Rev. Carbonell dirigió a todos los cristianos es porque me preocupa por su redacción confusa, su infamar a los disidentes al escribir el Reverendo como suyo propio un concepto de "contrarrevolución", su proposición de una imposible "ley de cultos…basada en la Constitución…que obligue a los gobernantes".
(Que no se aparezca ahora el general Raúl Castro con otra politiquería publicitaria de aprobar una ley de cultos que "demuestre al mundo" que en Cuba los cristianos son felicísimos, muy revolucionarios y agradecidos)
Y porque conviene destacar y no dejar se olvide la lista que ofrece el Rev. Carbonell con los métodos de abusos y manipulaciones del Gobierno con las iglesias, que sería excelente explique más, ilustre con testimonios y amplíe, como directivo bautista profundo conocedor de ello.
(Y que no resulte todo esto en las relaciones Iglesia-Estado ni pelea fingida ni riña de enamorados).
Si antes lo calló, o no, ante organismos cristianos internacionales y ahora lo denuncia en parte y se queda callado de nuevo, parecerá que actuó, y omite actuar, solamente por protegerse de la persecución estatal.
Honra al blog "Religión en Revolución" el que publique opiniones con las cuales su editor está en desacuerdo, se lo agradezco y que apruebe en parte lo que escribí, pero releí mis escritos y no puedo aceptar que los moteje, y al del Rev. Pérez Hernández, de "excesivo hipercriticismo"(caramba, ¿no bastaba "híper"?).
Porque ello, sin argumentar en qué se exageró, presupone que obramos con injusticia que rebajaría la labor a la que me consagro como deber para con mi patria. Creo que un hipercrítico no merece crédito ni ser leído; por favor, no me cuelgue el cartelito sin demostrar cómo yerro.
En este mundillo de silencio, eufemismos, "no lastimar susceptibilidades" de importantes y "objetivo" partir niños a la mitad para dar un pedazo a cada uno, cualquier crítica suena "híper". El sanedrín y los sumos sacerdotes callan, al pecado se le llama "sabiduría" y si un mal vestido se cruza en el camino y grita al rey - o a los reyezuelos - : "No te es lícito", es intolerable.
Mi crítica es exacta, tal vez moleste su tono - que, por cierto, impera en la Biblia - tono que si reconozco tan desmesurado como los hechos que censuro.
Como entre callar aunque se desborde la fosa y ser hipercrítico deberían existir términos medios en voz de críticos ponderados, ruego a quien me acuse que desmienta y aclare punto por punto mis argumentos para beneficio del público lector y mío:
Indigno, digo con el Señor (Juan.18; 23):"Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si hablé bien; ¿por qué me golpeas?" Si me muestran que falté a la verdad, me retractaré gustoso.
Si al menos las iglesias en Cuba, que no usan la critica moral y social al Estado y a sus miembros, divulgaran cómo la emplean sus más cívicos hermanos de otros países, que orientan en vísperas de elecciones, enfrentan a políticos corruptos, candidatos pro-aborto y violaciones de derechos humanos…
Pero en la Cuba de los Castro, y a ejemplo de este poder, las direcciones de las sociedades religiosas, hacen de ello un secreto para evitar comparaciones desfavorables, gobiernan sin transparencia, conservan en la ignorancia a su pueblo.
Indulgencia con los escasos críticos si lo hacemos mal porque nadie nos da ejemplo de cómo hacerlo bien. Hágannos la justicia de censurar a los desmesuradamente silenciosos; critiquen los ponderados para que por su "no presentación" no los sustituyamos.
Desafío al más diplomático a explicar sin desmesura al politiquero-revolucionario Consejo Nacional de Iglesias de Cuba y el vinculo directo con éste de iglesias tradicionales y a las "apolíticas" que oran por la dictadura pero jamás por las víctimas de ésta y no se vinculan al Consejo oficialmente pero si medio a escondidas, como señoras decentes que cometen adulterio.
"Los trapos sucios" lejos de "lavarse en casa" se acumulan y la colman. Aproveche cada cual los testimonios de los reverendos Homero Carbonell y de Pérez Hernández y aporte su información para proteger a las asociaciones que sobrevivieron a la tormenta de la persecución religiosa de los años 60 y desde la bonanza de los 90 naufragan justo a la vista de la costa.
"La Verdad os hará libres"."Sea el sí, sí y el no, no, que lo que de esto pasa del mal(o del Maligno) procede", dijo el Señor y lo escucharon porque fue "varón poderoso en obras y en palabras".
Uno de sus seguidores, el Rev. Martin Luther King, dijo:"No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que me preocupa es el silencio de los buenos."
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