lunes, 27 de junio de 2011

"Por los humildes y para los humildes"


Por el Dr. Rodolfo González Mora.
Desde los primeros años del triunfo de la “Revolución”, el gobierno reseñó, que la esencia de este proceso estaba determinada por las grandes masas de trabajadores, campesinos y estudiantes, que cansados de soportar un régimen de oprobio como el de Fulgencio Batista, decidieron alzarse en armas para derrotar la tiranía. Y que fue hecha por los humildes, y serían los humildes (como protagonistas y parte más desposeída del pueblo) los que tendrían todos los beneficios.
En el transcurso de cinco décadas, los humildes no han tenido una verdadera respuesta referente a la situación de la vivienda. Hoy día el estado cubano ha informado de una serie de cambios para tratar de paliar la aguda crisis de fondo habitacional en el país, ejemplo de ello, es la creación de tiendas liberadas para la venta de materiales de la construcción. Nos preguntamos: ¿en qué aspecto estas tiendas beneficiarían a los humildes; si el saco de cemento tiene un costo de cien pesos, un bloque de hormigón diez pesos, una puerta mil doscientos pesos, y un metro cúbico de áridos rebasa los doscientos pesos? En un país donde el salario no es suficiente casi, ni para adquirir la exigua canasta básica.
A pesar de todas estas calamidades, se observa algún ritmo constructivo de nuevas casas en toda la ciudad, con una innumerable cantidad de recursos que van desde hormigoneras, plantas eléctricas, grúas, vagones, martillos neumáticos, contenedores para almacenar materiales, etc. Es bueno señalar que no son casas para los humildes, sino para funcionarios del Estado.
Podemos decir sin temor a equivocarnos, que los humildes siguen siendo la clase más desposeída de la sociedad cubana, y que todos esos ofrecimientos de justicia social y derecho ciudadanos, son meras promesas.

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