Por Aimée Cabrera.
Aún se escuchan opiniones optimistas de quienes no ponen en dudas lo positivo de aplicar los lineamientos de la política económica y social, los cuales quedarán ratificados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) a celebrarse en abril del 2011.
De manera indirecta, los mismos apoyan la reducción de plantillas que dejará en la calle a miles de trabajadores. Los que quedan en sus puestos de trabajo tienen que mantenerse callados y soportar todo tipo de chantaje de sus dirigentes administrativos y sindicales. Son pocos los que se arriesgan y utilizo dos casos: uno aparecido en la prensa independiente y otro en el diario Trabajadores.
Ambos son testimonio de cómo se maltrata al obrero cubano y se le niega con explicaciones inexplicables sus más mínimos derechos laborales. El expuesto por el periodista Valentín Balart, de la agencia APLA, para Cubanet, describe como el trabajador de comunales residente en la localidad de Morón no recibe completo sus salarios.
Cuando al cuarto mes del injusto proceder se dirigió a sus jefes para que le dieran una explicación convincente, sólo recibió evasivas, a pesar de haber perdido en 3 meses, más de cuatrocientos pesos trabajados.
La otra queja es de un capitalino que labora en la Unidad Estatal de Tráfico. En este centro sus trabajadores reciben 0.60 CUC por concepto de almuerzo, mientras los que llegan tarde, pierden de inmediato el derecho a almorzar, ya que para tener derecho al mismo hay que cumplir con la jornada de trabajo completa.
No se especifican los motivos de sus llegadas tarde, pero todo trabajador que no tenga otra opción que el transporte público, o que tenga que realizar alguna gestión en una entidad que al terminar la jornada ya está cerrada, da lugar a demoras considerables porque los ómnibus no paran en las paradas, o es obligado retornar dos o tres veces al sitio de la gestión y demorarse hasta el desespero, para recibir la misma negativa.
De que vale pues, que los lineamientos señalen en empleo y salarios, que “asegurar que las medidas salariales garanticen que cada cual reciba su trabajo, y que este genere productos y servicios con calidad”. Mientras que más adelante menciona que “mantener los comedores obreros donde resulten imprescindibles, asegurando el cobro de sus servicios a precios sin subsidios”.
Estas y otras exposiciones contempladas en el documento de gran demanda pública parecen quedar recogidas nada más que por escrito, si bien trabajadores como los mencionados no pudieron acercarse a sus directivos para solucionar sus afectaciones, utilizar las secciones periodísticas existentes, y dar a conocer todo tipo de injusticia laboral se hace obligatorio, como única y legítima vía.
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