El pasado 13 de mayo de 2009, fuimos a Washington D.C. un grupo de cubanos a cabildear a favor de los derechos humanos en Cuba, aprovechando nuestra fecha patria del 20 de mayo. Después de la actividad que nos había preparado la oficina de la congresista Ileana Ross-Lehtinen, nos dividimos en grupos pequeños para visitar las oficinas de algunos congresistas cuyos votos creemos necesarios para exigirle a la dictadura cubana que suspenda la represión contra la oposición pacífica y le pida, además, la libertad de los presos políticos injustamente encarcelados.
Nuestro grupo estaba compuesto por la profesora universitaria de Ohio, Dra. Tanya Wilder, el matrimonio Antonio (Tony) Hallado y Teresa Cruz e Israel Abreu. Las oficinas destinadas a nuestro grupo fueron las de los congresistas Ben Lujan, Larry Kissell y Parker Griffith, todas en el edificio Cannon. Fuimos cortésmente atendidos por los asistentes de cada congresista y cerca de las 3 de la tarde dimos por terminada nuestra tarea. Nos despedimos de la doctora norteamericana Tanya Wilder con un fuerte abrazo por ser gran amiga de la causa de la democracia en nuestro país, mientras que los otros tres (Tony, Teresa e Israel) nos dispusimos a salir por el edificio Rayburn. Cuando íbamos por el pasillo vimos la oficina del congresista José Serrano, declarado enemigo del pueblo cubano por su respaldo a la tiranía comunista.
Se nos ocurrió entrar a su oficina y al abrir la puerta nos encontramos con la recepcionista, la que muy amablemente nos preguntó qué deseábamos. Le contestamos que éramos cubanos, pero antes de seguir hablando vimos sobre su mesa de trabajo la foto del Che Guevara. Le preguntamos a modo de exclamación que cómo era posible que un congresista norteamericano tuviera en su oficina la fotografía de un asesino como el Che Guevara. Ella se sonrió y nos contestó: “No, esa foto no es del Che Guevara, es del presidente Barack Obama”. Aquella respuesta nos desconcertó aún más, ya que la boina y la estrella eran inconfundibles. La miramos detalladamente y vimos que efectivamente era un montaje con las facciones del presidente de los Estados Unidos y el atuendo del guerrillero infame Che Guevara. Dejamos la oficina profundamente disgustados al ver que uno de los congresistas de más larga duración en el congreso de los Estados Unidos, como lo es Jose E. Serrano, permitiera que en su oficina se exhibiera una foto-montaje de su presidente y uno de los guerrilleros más criminales de América Latina.
Al salir al pasillo teníamos una cosa bien clara, sin haberla discutido aún entre los tres: denunciar ante el mundo este ultraje al presidente y al pueblo norteamericano y la falta de respeto a los cubanos demócratas, tanto dentro como fuera de Cuba. También le falta el respeto el Sr. Serrano a los congresistas cubanoamericanos, a los presos políticos cubanos y a los mártires, muchos de los cuales fueron enviados al paredón de fusilamiento por el propio Ernesto “Che” Guevara.
Esperamos que la próxima vez que entremos en la oficina del congresista Serrano, ya la foto Obama-Che no esté en exhibición, pues la misma ofende la inteligencia de todos los demócratas del mundo.
Israel Abreu, Antonio Hallado y Teresa Cruz
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