miércoles, 22 de julio de 2009

Las relaciones Cuba-Estados Unidos

Jose Alberto Alvarez Bravo.

Las relaciones Cuba-Estados Unidos han sido, sobre todo durante este último medio siglo, un tema de permanente "actualidad". A mi modo de ver, su recurrencia se ha debido, en primer lugar y sobre todo, a la necesidad del gobierno de los Castro de cultivar con celo la imagen de un enemigo hostil y acechante, con las fauces siempre dispuestas a engullirse la fruta madura.

Estas accidentadas relaciones fueron el tema central del Primer Foro de Consenso, celebrado en la mañana de hoy 2009-07-20 en esta ciudad de La Habana.

El Foro, convocado por el Partido Arco Progresista, contó con la participación de prominentes miembros de la sociedad civil. Dieron lectura a sus respectivas ponencias el periodista y escritor Jorge Olivera, el también periodista Luis García (Lucas Garve), el historiador y politólogo Leonardo Calvo, y el líder político Fernando Sánchez.

La esclarecida y bien argumentada intervención de Osmar Laffita agregó amenidad y nivel al cónclave.

El ambiente transpiró democracia, pluralismo, franqueza y espontaneidad. Un anticipo de lo que será nuestra patria sin la nociva presencia de los Castro y sus cómplices, responsables del desplazamiento inercial de la mentalidad confrontacionista de la guerra fría. Para los participantes en el evento, el régimen cubano es ya una página de la historia.

Como el derecho a discrepar es una de las más grandes virtudes de la democracia, hago uso de este derecho para expresar mi disenso; éste está relacionado, precisamente, con la piedra angular del evento: las relaciones Cuba-Estados Unidos.

El diferendo "histórico" Cuba- Estados Unidos es sólo un producto neto de la fabulación con fines políticos de Fidel Castro. Una burda y colosal manipulación orientada a potenciar el control totalitario de la sociedad cubana, como única vía para extender los estrechos límites de Birán a toda la geografía insular.

Un personaje literario de una novela de Lisandro Otero, acompañado de un grupo de amigos, aborda un yate en el "río" Almendares, saliendo mar afuera. Alguien pregunta por el rumbo a tomar, a lo que el personaje en cuestión responde: Miami.

Este sencillo ejemplo puede resultar ilustrativo de la total normalidad de las relaciones Cuba-Estados Unidos antes de la llegada al poder de los Castro.

Me sumo a quienes opinen que las relaciones Cuba-Estados Unidos fueron, y son, totalmente normales. Pese -y quizás gracias a- la obsesiva demonización del "imperio" por la maquinaria propagandística del régimen cubano, la población nacida después de la instauración del modelo nacional-socialista, en un porcentaje nada desdeñable, ha convertido la tierra norteña en la meta de sus aspiraciones.

Muchas razones pudieran aducirse para defender la tesis de que el deterioro de las relaciones no es entre Cuba y Estados Unidos, sino entre Castro y Estados Unidos. Está demás aclarar que la representación de la nación por parte del equipo gobernante es espuria, al carecer éste de la legitimidad que sólo pueden otorgar las urnas electorales.

Aceptaré, con ánimo de superación, las opiniones en contrario, siempre que observen los adecuados marcos del respeto y la tolerancia ante la opinión discrepante, y estén acompañadas por los datos de identidad de su autor(a).

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