miércoles, 6 de enero de 2010
Asesinan recluso en prisión de Cuba
Juan Carlos Herrera Acosta desde la Prisión Provincial de Holguín.
El pasado 23 de diciembre, aproximadamente a las 12 y 30 del mediodía, resultó asesinado el recluso Reider Fernández Hidalgo, de 35 años de edad, quien se encontraba confinado en el Destacamento No.10 de la Prisión Provincial de Holguín. Los hechos sucedieron en el comedor durante el horario de almuerzo, le propinaron una puñalada en el costado izquierdo que le interesó varios órganos, pero principal y mortalmente el corazón y pulmón.
Según testigos el asesino se nombra Elioel González García, alias Roli, vecino del poblado Guaro, en el municipio Mayarí.
La situación se tornó muy tensa, ya que suscitó una fuerte reyerta que involucró a muchos reclusos, donde otros salieron heridos. Otro caso de muerte, agregado al triste y tenebroso historial dantesco de esta cárcel del oriente del país. En el año 2009 se produjeron muchos hechos de sangre: caras cortadas, puñaladas, decenas de lesiones auto infligidas, ahorcados, intento de suicidio por envenenamiento, reos que se auto apuñalan entre otros métodos. Pero lo peor y deleznable de la crítica situación del recinto carcelario de máxima seguridad, radica en que la alta dirección de prisiones reprime ferozmente el efecto y no las causas que provocan este estado convulso.
Los militares también han actuado despiadadamente, propinando inhumanas golpizas a los prisioneros, sin que se vislumbre una luz en el oscuro túnel de la desesperación.
¿Cuáles son las verdaderas causas del estado de cosas? Entre otras, las excesivas y draconianas condenas injustas, impuestas por los tribunales, por mínimo que sea el delito. Dentro de la prisión los presos apenas reciben el obligatorio horario de sol establecido. El famoso y tan cacareado sistema reeducativo, es inexistente. Las actividades deportivas son esporádicas. Los presos están subalimentados. La atención médica casi nula y para colmo de males no hay fluido eléctrico 12 horas diarias. La televisión, prácticamente, es algo de adorno.
Como todo indica, el régimen prefiere ahorrar un poco de petróleo con la energía eléctrica y derrochar madera, fabricando ataúdes, para que desfilen los muertos.
En el caso que ilustré, otro hogar se cubre de luto, y he expresado mi queja a las máximas autoridades carcelarias acerca de esta preocupante situación, pero nada se hace y existen oídos sordos. Los reclusos en estos momentos sólo piensan como consumir psicofármacos para olvidar, como expresan, o la trágica situación, tratar de evadirse como ha sucedido en el 2009. La última frustrada intentona sucedió el pasado 6 de diciembre, cuando la prisión a aproximadamente las 3 y 30 de la madrugada se vio involucrada en un cerrado fuego desde las garitas. Esto es lo que trae consigo tanto dolor y desesperanza. Por otro lado la mente de los encarcelados está solo centrada en estos aspectos antes mencionados y en cómo privar de la vida a otro, por viejas cuentas a cobrar y que estaban olvidadas, ya que son 24 horas diarias sin esperanza, sin luz eléctrica, sin televisión, sin actividades de socialización y los militares tienen órdenes precisas de golpear salvajemente, la luz verde les fue dada. Repito, se reprime el efecto, no la causa, estas son las prisiones que se convertirán en escuelas, ¿Escuelas de qué? Aquí está el llamado hombre nuevo, fruto del guevarismo y el castrismo, pero para colmo de cinismo, crueldad y tortura inconcebiblemente la prisión está a oscuras, el Puesto Médico apenas recibe electricidad; pero en la oficina de los directivos están encendidos los ventiladores y las luces, y ahí no hay el ahorro exigido.
Resulta paradójico, ningún alto oficial levanta su voz para llamar su atención de esta preocupante y triste realidad. Las prisiones son un sector vulnerable y convulso a la vez. Muchos presos lamentaron el asesinato de Reider Fernández Hidalgo, que era oriundo del Reparto Alcides Pino en Holguín, era un preso querido, pero una víctima de este mundo selvático que vio su vida truncada de prisión en prisión frente a tanta pobreza.
Trabajadores sociales dentro de las cárceles castristas ¿para qué? Por qué no apagan todas las oficinas que alimentan el abultado aparato burocrático que reina en Cuba. ¿Por qué permitir que en las prisiones o mejor, centro de terror, los hombres sigan muriendo? Sobran los comentarios y sobran los hechos.
Holguín, 5 de enero de 2009.
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