lunes, 11 de enero de 2010
OTRO DOLOR
Angélica Mora
9 de enero de 2010
Apuntes de una periodista
Florida, USA – www.PayoLibre.com – Esto lo escribo con rabia. Murió Gloria Amaya. Dicen que odiar es malo, pero qué me importa. La rabia es un sentimiento tan poderoso como el amor y surge también de muy adentro. Y eso es lo que siento.
Ha muerto otra madre cubana, sin poder tener la alegría de abrazar a sus hijos Ariel y Guido encarcelados por el régimen castrista, para quiénes pidió la libertad en incansables marchas por La Habana, caminando y luego en silla de ruedas.
Se quedó sin verlos.
Su tercer hijo preso de la ola represiva del 2003, Miguel, está en el exilio.
Doña Gloria murió con el solo consuelo de haber cumplido con su deber de buena cubana y la satisfacción de que su familia ha cumplido con la patria.
La anciana pidió la libertad no sólo de los suyos, sino de los familiares de otras madres y esposas, separadas por desgarradores años de los jefes del hogar. Mujeres que cuentan cada día lo largo de la separación de sus seres queridos, encarcelados por un régimen déspota que tiraniza sin piedad a su propio pueblo.
Dios nos consuele a todos.
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