viernes, 29 de enero de 2010
Vivir entre basuras
Por el comunicador comunitario Alberto Reyes Morales.
El señor Idalberto Martínez Fuentes, Administrador del Vertedero Municipal de Santa Clara, hubo de comunicarme que en su centro de trabajo se efectúan con frecuencia descargues de desechos de alto valor para la población, que carece de ellos por no tener el poder adquisitivo para obtenerlos.
Idalberto, de cincuenta y cuatro años de edad reside en calle Primera número 7 entre Central y calle A, La Gomera, Santa Clara Villa Clara.
"Alberto, con lástima y horror he podido observar como camiones de empresas Estatales botan en el Vertedero Municipal que administro objetos de alto valor monetario. Como por ejemplo, ropas con algún insignificante defecto, flores artificiales, adornos domésticos, efectos electro domésticos, mangueras plásticas, losas de piso y otros incontables objetos".
"Cuando estos vehículos llegan al Vertedero, por lo general, viene junto al chofer algún funcionario con la responsabilidad de incinerarlos. Cuando se retiran, una horda de necesitados ciudadanos atacan con audacia las llamas para salvar algo y trasladarlos a sus necesitadas viviendas".
"Numerosas personas de diferentes edades y sexo, frecuentan como perros hambrientos este fétido lugar. Lo obtenido por ellos en esta arriesgada tarea, mitiga en algo su paupérrima existencia".
"Estos artículos a los cuales hago referencia son vendidos a altos precios en moneda libremente convertible (CUC) en las tiendas recaudadoras de divisas. Entiendo que al no reunir las condiciones, por algún pequeño defecto, los mismos deberían ser donados o vendidos a bajos precios a trabajadores y pueblo en general que tanta necesidad tienen."
"Claro está, que los que ordenan la eliminación e incineración de los mismos no carecen en lo absoluto de estas mercancías, a ellos seguramente les sobra.
La indolencia, macabro problema de nuestro país, sin lugar a dudas, nos seguirá sumiendo en la miseria creciente que nos consume".
"No temo dar testimonio de lo que he observado en mi centro laboral. Realmente no perjudico a la Revolución. Entiendo que este problema debe ser resuelto para que se puedan suplir necesidades de la población y a su vez no perjudicar económicamente a la dirección del Estado".
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