Por la comunicadora comunitaria Lázara Mitjans Cruz.
Marcos Antonio Rodríguez del Castillo, CI 71082112882, Bravo Correoso No.483 entre 12 y 13, Reparto Santa Bárbara, Santiago de Cuba, teléfono 032 641108, nivel escolar: universitario, Ingeniero Químico.
“Me encontraba sin trabajo y hube de presentarme en una selección que estaban haciendo para escoger nuevos inspectores aduanales en la Aduana de Santiago de Cuba. Allí me sometí a varios exámenes, a partir de los cuales consultaba con la compañera a cargo y me comunicaba la misma que había salido bien y luego me sometí a una entrevista donde a los compañeros que habían realizado los exámenes conmigo le pusieron trabajadores normales y a mí específicamente me asignaron a un Mayor del Ministerio del Interior.”
“Dicho compañero la primera pregunta que me hizo fue que si en mi casa continuaba desarrollándose una célula de oración, le comuniqué que sí, y con palabras atacantes me preguntó: ¿Qué tipo de actividad realizan allí? ¿Con qué objetivos? y ¿qué cree de la enfermedad de Fidel Castro?”
“Le comuniqué que él debería de saber que las Iglesias Evangélicas estaban llamadas a orar las unas por las otras, le dije que nosotros andábamos conforme a la palabra de Dios y como cristianos a la verdad de Nuestro Señor Jesucristo, y respecto al Comandante, le dije que la Iglesia estaba llamada a orar por los enfermos, pero ante todas las cosas hacer la voluntad de Dios”.
“Realmente, a raíz de estos intercambios de palabras, me pude dar cuenta de muchas cosas gracias a Dios, y el compañero me dijo que ya habíamos terminado, me levanté del asiento y le pregunté que cómo había salido y me dijo que no había sido escogido por desaprobar los exámenes.”
“Pregunto ahora: ¿Por qué me dijo la compañera a cargo que estaba aprobado? ¿Por qué me sometieron a una entrevista con un compañero del Ministerio del Interior? ¿Por qué las preguntas acerca de mi fe, ligadas con el estado de salud del Comandante?”
“Allí nos dijeron a todos que para tener derecho a la entrevista debía de haber aprobado los exámenes obligatoriamente, y vuelvo a preguntar: ¿Por qué me entrevistaron si el compañero me dijo al final de la misma que no había salido elegido por suspender los exámenes”.
“No hay que estar muy preparado para darse cuenta de las mentiras, y supe siempre que al mi madre estar atravesando el proceso perverso del gobierno por ayudar a una Iglesia, es evidente que las presiones de que ella ha sido víctima, ya comenzaban de una forma escalofriante a influir en el resto de la familia, en este caso particular, yo como su hijo. Por supuesto, mi miedo futuro se centra en mi esposa y mi pequeña niñita de 4 años y medio; así como en las consecuencias futuras de las que podemos todos como familia ser víctimas, sabiendo con precisión de que el actuar del gobierno hacia aquellos que son capaces de decir la verdad en esta vida delante de Dios, sin contaminarnos con políticas agresivas, es de un actuar sin piedad, cercándonos cada día más y poniendo cada día más trabas en nuestro vivir social y en la comunidad.
Santiago de Cuba, 2 de setiembre de 2010.
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