sábado, 11 de abril de 2009
Crimen sin Castigo
Vigilia realizada por opositores en La Habana, en homenaje a los mártires de la Brigada 2506
La Habana, 9 de abril.- La rastra de aluminio, con una temperatura promedio de 80 grados Fahrenheit, partió desde el teatro de operaciones en Bahía de Cochinos, en la costa sur de la provincia cubana de Matanzas, el 22 de abril de 1961. En su interior viajaban encerrados más de cien cubanos exiliados, algunos heridos, miembros de la Brigada 2506, capturados por milicianos y soldados rebeldes. Habían desembarcado en la madrugada del 17 de abril, formando parte de una fuerza de unos mil doscientos brigadistas, con el propósito de establecer una cabeza de playa, y de acuerdo a los planes constituir un gobierno provisional que solicitaría el apoyo de los Estados Unidos.
Los prisioneros de guerra protestaron al cerrarse la puerta, no tendrían ninguna ventilación, a lo que el comandante del Ejército Rebelde, Osmany Cienfuegos Gorriarán, manifestó: _“Si se mueren, mejor así, pues no tendremos que fusilarlos.”
Faltó el aire, el calor enrareció las mentes de los cautivos, los cuales con las hebillas de los cintos y las uñas, arañaban el piso y las paredes. A la altura de la ciudad de Colon, el ambiente ya era aterrador. _“Traerlo aquí, que hay una pequeña rendija para que respire”, le decían a un compañero que se encontraba cerca de uno de los heridos moribundos.
La Convención de Ginebra era impunemente violada, por el régimen comunista cubano. Se escucharon disparos que impactaron al vehículo en su exterior, _“todos al suelo, que nos están tirando_”, dijo uno de los encerrados, _ “aquí en Matanzas los vamos a matar, antes de que lleguen a La Habana_”, aseguró afuera una voz.
Cuentan, que los agujeros provocados por los impactos de bala dirigidos contra la rastra, posibilitaron que los presos pudieran respirar algo de aire. El recorrido culminó en el Palacio de los Deportes, en La Habana. De la rastra fueron sacados los cadáveres de Alfredo José Cervantes Lago, José Daniel Vilarello Tabares, José Santos Millán Velazco, Herminio Benjamín Quintana Pareda, José Ignacio Macia del Monte, Santo Ramos Álvarez, Pedro Rojas Mir, René Silva Soublete, y Moisés Santana González. Nueve horas duró el martirio donde fueron asesinados estos luchadores por la libertad de Cuba.
“No se dio un solo caso de un prisionero asesinado. Hubo un accidente con un pequeño grupo, cuando eran trasladados hacia la capital porque vinieron en vehículos cerrados, lamentablemente para todos…”, dijo Fidel Castro en 1987, durante una entrevista concedida en La Habana, al periodista italiano Gianni Mina.
La Historia de la lucha contra el Totalitarismo en Cuba, ha recogido este vil asesinato en sus páginas. Formando parte del extenso capítulo de las violaciones al derecho a la vida, que ha incurrido el régimen castrista en 50 años de opresión.
Reportó desde La Habana, el periodista Carlos Serpa Maceira
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