martes, 28 de abril de 2009
El fondo habitacional de Cuba, el Talón de Aquiles de la Sociedad
Foto de un edificio multifamiliar, que sufrió derrumbe en la céntrica calle de Galiano y San Miguel, en el municipio de Centro Habana. La segunda fotografía muestra al edificio multifamiliar situado en el Bulevar de San Rafael No. 109 entre Industria y Consulado, una columna del inmueble se encuentra en peligro de derrumbe.
La Habana, 27 de abril. Rolando Martínez, un residente en la Ciudad de la Habana, aseguró que su niñez y juventud se ha desarrollado en un albergue: “No tuve privacidad, el inodoro es de uso colectivo, lo utilizan ocho familias.”
Su caso no es un hecho aislado, familias cubanas esperan todavía las promesas oficiales de hacerles entrega de una vivienda. En la década de 1980, Fidel Castro dijo que se fabricarían no menos de 100.000 viviendas al año.
El panorama muestra hoy que debido a derrumbes en edificios multifamiliares, hay cubanos que actualmente residen en albergues, que no son otra cosa, que inmuebles deteriorados, donde el hacinamiento es tan habitual como la vida misma. En Cuba no se pudo materializar la construcción de 50 ,000 viviendas anuales a partir de 2005, con lo que se beneficiarían a 320.000 personas, y solucionar el problema en 10 años.
El programa de construcción de viviendas ha sido afectado por insuficiencias técnicas y organizativas, carencia de transporte para el traslado de los materiales hasta los municipios, dilaciones en los trámites burocráticos e inestabilidad en la entrega de determinados productos, reconoció Víctor Ramírez Cruz, presidente del gubernamental Instituto Nacional de la Vivienda (INV), durante una comparecencia en la Mesa Redonda de la Televisión Estatal Cubana, mientras, los materiales fluían para las obras comprometidas con el turismo internacional, los túneles, según los voceros oficiales para proteger a la población de una supuesta agresión militar norteamericana, y de la llamada Batalla de Ideas convocada por Fidel Castro.
Las reparaciones para la población, no solo decrecieron, también fue menor su repercusión en el estado técnico del fondo habitacional, pues la escasez de materiales destinados para ese objetivo apenas permitió realizar trabajos elementales para detener el deterioro de los edificios multifamiliares.
Por otra parte, los derrumbes son tan habituales en la Ciudad de la Habana, como la vida misma. En la población del lugar estimada en más de 2 millones de habitantes prevalece la incertidumbre. El demoledor huracán Dennis, a su paso por Cuba en Junio de 2005 dejó 10 muertos y cerca de 80 ,000 casas dañadas. La cifra de este último fenómeno no constituye record, pero agudizó un problema acumulativo calificado de grave, como es el tema de la vivienda.
En el 2001, el huracán Michelle dañó 180,000 casas, de las cuales 18,000 fueron totalmente demolidas, Isidore y Lili en 2002 afectaron a 76 000, de las cuales 500 se vinieron al suelo.
Salvador Gomila, asesor de la presidencia del INV, afirmó que a pesar de las insuficiencias, hoy la cantidad de casas y edificios en buen estado técnico resulta cuatro veces y media superior a la cifra existente antes de la toma del poder por Fidel Castro en 1959.
Cuba se encuentra en un callejón sin salida, la acción combinada de los huracanes Gustav, Ike y Paloma, provocaron daños a medio millón de viviendas. Las pérdidas sumaron unos $10,000 millones de dólares.
La población, y especialmente los damnificados han cuestionado la lentitud de las autoridades en darle una solución a su situación. En el municipio especial cubano Isla de la Juventud (conocida antiguamente por Isla de Pinos), al suroeste de la Habana, el 73 % del fondo habitacional sufrió severas afectaciones.
Los daños totales de techos, y los parciales, se comportan al 64 y 42 % de solución, respectivamente. Mientras que los mil 45 derrumbes parciales están al 8%. En la región según información oficial, el huracán Gustav causó afectaciones en 18 mil 805 viviendas, de éstas, 9 mil 562 entre edificios y casas con techos de placa. El déficit habitacional, y el inadecuado estado constructivo de los inmuebles, la falta de capacidad constructiva de las fuerzas comprometidas en las labores de ejecución, el déficit de operarios, los bajos salarios, la baja capacidad técnica de las unidades inversionistas de la Vivienda, y la deficiente fabricación local de materiales, se encuentran en una crisis insalvable.
Las secuelas de los huracanes perviven, mientras los cubanos ven pasar los días observando a ciudades que se derrumban sin compasión, y un gobierno, que les promete y no cumple.
Los cubanos damnificados por los meteoros, y otros cuyas viviendas se les han derrumbado, y que se encuentran en albergues, terminan preguntándose cómo han podido resistir.
Cuando ellos hagan valer su inteligencia, dignidad, y civismo, ante la falta de voluntad oficial, estarán patentizando el ideario martiano: “Con todos, y para el bien de todos”, entonces Cuba dejaría de derrumbarse.
Reportó desde La Habana, el periodista Carlos Serpa Maceira
A modo de ampliación a ésta problemática, entre tantas que padece el esclavizado pueblo cubano, les ofrezco éste documental que no necesita otra presentación, que el artículo anterior, y el propio documental.
Iniciativa "NO a la Exclusión Social" from Manuel Benito de Valle on Vimeo.
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