domingo, 25 de julio de 2010
Entrevista a Caridad Caballero Batista, víctima de una golpiza por la policía política en Cuba
Por Magaly Norvis Otero Suárez y Roberto de Jesús Guerra Pérez/ Hablemos Press, desde La Habana.
Foto: Caridad Caballeros Batista.
Holguín.―Dos activistas por los derechos humanos fueron golpeadas por la policía política en Banes, Holguín. Contactamos con Caridad Caballero Batista, periodista independiente, una de las víctimas y aceptó contarnos los hechos.
¿Caridad cuéntanos qué sucedió y cómo?
En el día de ayer (21 de julio) salimos para Banes, y ya en Banes, frente al hogar de ancianos allí estaba la Seguridad del Estado y la policía parando todos los carros. Pararon donde nosotras íbamos, Mari Blanca Ávila Esposito y yo. Nos ordenaron bajar y le dijimos que no. Y entonces nos bajaron a la fuerza, nos arrastraron, nos llevaron para otro auto donde nos golpearon y gritaron palabras que es mejor no decirlas.
Fuimos golpeadas salvajemente por hombres. Tengo hematomas y golpes por todo el cuerpo. Me golpearon muchos. Nos encerraron en un carro y nos llevaron a un lugar oscuro hasta alrededor de las 9:30 de la noche. Un lugar apartado de la ciudad. Allí encerrada en el vehículo me volvieron a dar golpes para quitarme el teléfono móvil. Nos dejaron encerrada con un calor que casi nos asfixiamos y una música a todo volumen tormentosa.
De allí nuevamente nos arrastraron y montaron en otro auto para llevarnos para Holguín. Nos trasladaron a la unidad policial del Anillo. Y a Mari Blanca la transportaron para Velazco. A Mari Blanca me la quitaron de los brazos porque nos entrelazamos para que no se la llevaran a esa hora. A ella la habían amenazado. Le dijeron que la iban a reventar. El domingo antes pasado la habían esposado y golpeado también.
Todos los que participaron en este hecho eran oficiales de la Seguridad del Estado y de la policía.
Me sujetaron por los dos brazos mientras un oficial, supongo que era un oficial porque estaba vestido de civil, dijo que era el guardia del Anillo, ubicado en las calles Martí y Narciso López en Holguín, me sujetaron por ambas manos, varios policías y me apretaban fuertemente la mandíbula y me daban por la boca. Les gritaba asesinos, dictadores y todas esas cosas pero continuaban. El oficial de la Seguridad en Banes, Wilson, dijo que me tenía ya para mi tumba un manto negro y fui amenazada de muerte.
¿Para dónde iban?
Íbamos para Banes, a la casa de Reina Luisa Tamayo Danger, madre de Orlando Zapata, que el 23, Zapata, cumple 5 meses de fallecido. Íbamos para estar allí con ella, asistir al cementerio y el domingo a la misa.
¿Quiénes te golpearon en el carro, hombres o mujeres?
Hombres todos, eran oficiales de la Seguridad del Estado y de la policía. El mayor Wilson dijo también que Banes era de él y que yo no podía viajar allí.
¿Cuando las detuvieron, esas horas que las mantuvieron encerradas en el carro, ellos estaban allí con ustedes?
Sí, pero ellos salieron del carro y como tenían la música puesta tan alta y hacía tanto calor, salían y se ponían a bailar. Allí me dieron también golpes hasta por los senos. Me arrancaron un par de aretes que llevaba puestos y se los robaron.
Foto: Mari Blanca Ávila Espósito.
¿A qué hora fue que las arrestaron?
Eran las 7:50 de la noche y hasta las 9 nos tuvieron allí. Cerca de Banes, pero en una zona apartada, en un monte en la carretera donde ya a esa hora es un lugar que hay que ir específicamente para saber que alguien anda por allí.
Pasaban pocos carros y yo les gritaba, aquí tienen a dos mujeres secuestradas, entonces ellos ponían la música muy alta. Además se ponían a gritar haciéndose los borrachos para distorsionar los hechos. Decían tantas cosas que es bochornoso hablar de esto.
¿Cómo te sientes luego de la golpiza?
Tengo golpes en todas partes, en la espalda, en los brazos, en las piernas, la cara, y dolores tengo uno solo, en todo el cuerpo.
¿De Mari Blanca, ha sabido algo desde su traslado a Velazco?
Si, está en Velazco, a ella la sacaron primero que a mí.
Otra cosa importante que quiero decirles es que a mí me trajeron a las 11 de la noche, pero ya aquí en la puerta de mi casa tengo dos oficiales de la Seguridad permanentes vigilando mi domicilio, desde anoche están ahí. Ellos fueron los que cuando llegó el carro patrulla para dejarme, abrieron la puerta del carro. Incluso comenzó a llover en horas de la madrugada y se metieron en el portal de la casa violando nuestros derechos y privacidad.
En un momento pensamos que se habían ido, pero Esteban mi esposo, abrió la persiana para ver y estaban pegados a la persiana.
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