Sucesos narrados por la comunicadora comunitaria Elizabeth de Regla Alonso Castellanos.
En días pasados escuché por vecinos cercanos a mi vivienda, sobre la situación del pan en la panadería que está ubicada en calle 11 en la barriada de Lawton, según la señora Celina Estrada, que por demás es mensajera, los panes de la población son una falta de respeto para los ciudadanos que tenemos que consumir uno al día, pues es lo establecido por el gobierno. Lo elaboran pequeños y cuando salen a la venta están crudos, duros y faltos de grasa, y más malos cada vez. Deben pesar 80 gramos y no alcanzan ni 50.
Los panes de 3 pesos (moneda nacional), que son nombrados flautín y el pueblo graciosamente le dice “los desmalla'o”; su peso debe ser de 300 gramos, tampoco lo alcanza, dándole así el disgusto a la población de adquirir un producto que no cumple con las normas establecidas.
Continuó la señora expresándose: “Sabemos que para vivir el pueblo tiene que robar, porque si no se muere de hambre, pero contra el único pan diario que nos dan, eso está muy mal. ¡Hasta dónde vamos a llegar! El pan no se le puede dar a los niños, porque en primera no se llenan y en segunda si se lo dan en la merienda ¿qué le das en el desayuno?, porque la leche se la quitan a los 7 años. Talmente parece que no les hace falta y cuando llegan de la escuela qué les vas a dar, porque llegan muertos de hambre por la comida tan mala que allí les dan, no se la pueden comer.”
“Esto es como para volverse loca, yo sinceramente no sé hasta dónde va a llegar esto, lo que sí estoy segura es que entre el hambre y el estrés, nos estamos muriendo poco a poco, la isla se quedará vacía”. Concluyó Celina.
Ciudad de La Habana, 4 de diciembre de 2009.
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