jueves, 31 de diciembre de 2009
Gracias a mi hermano que emigró, pero creo en la revolución
Suceso narrado por el comunicador comunitario Alberto Reyes Morales.
Visitando el centro de trabajo de mi nuera, tuve la oportunidad de conocer a Moisés Abreu González. Al observarle pude ver en él un hombre enfermo, sin apenas deseos de vivir. Establecí una larga conversación, dándome testimonio de su situación actual:
"Tengo 74 años, en estos momentos estoy viviendo en un pequeño cuarto en pésimas condiciones habitables. Puerta y ventana sin seguridad, un pequeño baño sin las más mínimas condiciones para efectuar mis necesidades fisiológicas y aseo personal. Este inhabitable cuarto está ubicado dentro de una empresa del Ministerio del Azúcar, situada en Carretera a Planta Mecánica. Se me asignó, puesto que no tengo familia que se pueda hacer cargo de mí. Trabajé como Operador de locomotora ferroviaria del azúcar, durante muchos años, transportando la materia prima a diferentes centrales azucareros de la provincia de Villa Clara. Tras sufrir un accidente laboral fui intervenido quirúrgicamente de la cadera, ya no pude seguir en mis labores y me jubilaron por incapacidad. Ahora en mi asignado cuarto me siento abandonado a mi suerte. Con el paso de los años diversas enfermedades han hecho presa de mí. Provocado por el accidente se me han efectuado cuatro operaciones de cadera y espero con paciencia o impaciencia ser sometido nuevamente a una intervención quirúrgica. En estos momentos camino auxiliándome de un andador."
"La dirección del centro laboral donde está ubicado el cuarto que habito no se preocupa de mis necesidades. Para trasladarme a un puesto médico, tengo que rogar, humillarme para que alguien se apiade de mi estado. Me he quedado sin almorzar o comer, ya que me es difícil o imposible asistir al comedor debido a mi invalidez parcial."
"Hace aproximadamente 10 años mi hermano Rafael emigró a Estados Unidos. Gracias a él recibo algo de ayuda económica. He tenido en ocasiones que alquilar vehículos para trasladarme a centros hospitalarios, comprar algo de alimentos, aseo personal, ropa de cama y otros insumos necesarios."
"Cuando pude emigrar no lo hice, porque creo en la Revolución. Entiendo que mi problema y el de otros como yo, no son del conocimiento de Fidel y Raúl. El tiempo pasa y mis fuerzas se están agotando, el día menos pensado me encuentran fallecido en mi inhabitable cuarto."
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