Barcelona/ Mambí en A/ Grisel Rivera Boza, natural de Guanajay, vive actualmente en calle 73 apto. 1 entre 230 y Final en la comunidad de tránsito Cruz de Piedra, en el municipio de La Lisa, ya que después de ser desalojada a la una de la madrugada en abril de 2007 de la vivienda de su antiguo esposo en la calle Teniente Rey #359 entre Villegas y Aguacate -a pesar de que éste le dio un poder al marcharse a Estados Unidos- tuvo que vagar por las calles con el hijo de su segunda unión.
La relación con el padre del niño, Alejandro Manduley López, fue tormentosa y producto de los maltratos que recibía de éste se pelearon pero el mismo se negó a abandonar la vivienda. Grisel alega que ese señor tiene relaciones con las autoridades basado en su apellido, por ser sobrino de Celia Sánchez.
Gracias a que logró confeccionar un expediente como caso social le concedieron el albergue en la comunidad de tránsito Cruz de Piedra, pero con el padre del niño como jefe del núcleo, que se trasladó para allá y continuó avasallándolos y poniéndole cerrojo a la puerta por lo que quedaban en la calle. Ella alega que pasó de propietaria a albergada sin derecho alguno por lo que no hay motivo para que tenga que vivir en ese lugar.
Grisel expone que esa comunidad carece de las más mínimas condiciones para vivir con su niño por la pésima condición higiénica sanitaria existente, ya que pululan los mosquitos y los agentes de la campaña anti vectorial pasan muy pocas veces por allí.
Los otros vecinos crían puercos, pollos y palomas, además de poseer gran cantidad de perros y gatos y su patio, aunque no tiene animales, está lleno de las defecaciones de estos.
Su hijo y ella tienen un catarro permanente y carecen de asistencia médica porque en el consultorio existente el médico no asiste con frecuencia y los especialistas del policlínico están casi todos en misiones en el exterior.
Abundan las peleas entre vecinos con machetes, piedras y palos, sin que ninguna autoridad las detenga. El 26 de noviembre, alrededor de las 4 de la tarde hubo una pelea entre dos hombres y uno de ellos golpeó a otro de nombre Iván con un bate dejándolo tendido encima de un charco de sangre con la presencia de los niños del barrio, incluyendo el de Grisel.
Como es usual allí la policía solo llegó después que trasladaron al herido en una ambulancia que llamaron los moradores.
Actualmente sus vecinos Dayamí Viamonte Labastida, organizadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el esposo Pablo Bernabé González Rodríguez, presidente del Comité de Defensa de la Revolución (CDR), han construido sin su permiso una pared divisoria y abrieron una ventana contigua a su pasillo.
Se ha quejado a la jefa de la comunidad, llamada Raíza, por todas estas irregularidades, también se ha dirigido al ingeniero Jorge, que es el arquitecto de la comunidad, y que se negó a darle sus apellidos y a otro ejecutivo de nombre Ángel Rivas, quien se rió cuando le contó el problema y ninguno de ellos le ha dado solución.
En resumen, Grisel está desesperada como muchos cubanos, sin ver alivio alguno a sus vicisitudes.
Informó desde La Habana, Cuba, Arnaldo Ramos Lauzurique, Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.
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