Por Eberto Escobedo Morales, preso político, campamento Toledo II.
¿Cómo es posible que el cinismo demagógico y la hipocresía ideológica de Fidel Castro siga engañando y manipulando a personas de buena voluntad en la isla y en el mundo?
Un hombre que llegó al poder por medio de las armas y la guerra, aunque sin arriesgar mucho o nada, que se ha mantenido durante años en el poder de forma radical y absoluta, dictatorial y totalitariamente por medio de la represión y el terrorismo de Estado, contra todo y todos los que se le oponen pacíficamente dentro de la Isla.
Un hombre que expuso al pueblo cubano al exterminio masivo en la Crisis de Octubre, con los misiles atómicos soviéticos admitidos en Cuba, procurando una guerra mundial, al pedirle al mando soviético que iniciara la guerra nuclear contra el pueblo norteamericano.
Un hombre que armó y entrenó guerrillas militares en casi toda América y parte de África.
Un hombre que obligó a los cubanos a pelear en otras tierras por intereses políticos o partidistas y mezquinos.
Un hombre que siempre ha estado del lado de todos los gobiernos terroristas del mundo brindando apoyo logístico de inteligencia, propagandístico y de refugio en Cuba.
Un hombre que ordenó tirar sacos con arenas desde helicópteros a las balsas que pretendían abandonar Cuba con niños, mujeres y ancianos a bordo.
Un hombre que orientó y estimuló las torturas físicas y sistemáticas en las prisiones y centros policiales.
Un hombre que defiende la intimidación social y estatal a los opositores, disidentes y sus familiares.
Un hombre que defiende la política militar guerrerista y los programas atómicos con fines militares disfrazados de civil de Irán y Corea del Norte; que defiende a los terroristas talibanes y palestinos; que manda espías por el mundo para desestabilizar al planeta; que procura una crisis económica global, que exacerba y enaltece los problemas sociales en el mundo democrático, principalmente en los Estados Unidos y Europa.
Un hombre que esconde los problemas y dificultades en Cuba, con planes fachadas y el monopolio absoluto de los medios de información nacional.
Un asesino disfrazado con piel de oveja. ¿Cómo puede hablar de paz y amor por el mundo?
Nosotros no defendemos la guerra, pero tampoco somos cómplices de gobiernos extremistas, totalitarios y dictatoriales que amenazan la paz, el desarrollo y bienestar de los pueblos en libertad con diversidad y la diversidad con libertad.
Es evidente que Fidel Castro pretende evitar la guerra mundial contra Irán y Corea del Norte, para ayudar a ganar tiempo a esos gobiernos radicales como él, para que se armen peligrosamente con bombas atómicas de exterminio masivo, suficientes como para amenazar al mundo libre y democrático e imponer sus ideologías del mal.
Fidel no siente amor real por la paz, él más que nadie siente odio por la diversidad y libertad ciudadana. El mal está en sus venas, el mal es astuto y sabe que el fin de esas dos tiranías significa la pacificación real en potencia del mundo.
La ausencia de guerra no significa que exista y que esté garantizada la paz. No permitamos que las fuerzas malignas del mundo, disfrazadas de víctimas cojan fuerza y destruyan a la humanidad. América Latina debe abrir los ojos y no dejarse engañar. Asesinos y ambiciosos de poder andan sueltos y con nuevos disfraces en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y otros países de la región. Martí nos advirtió sobre el socialismo del siglo XXI y de todos los tiempos cuando nos legó los peligros de las lecturas extranjerizas confusas e incompletas y la rabia disimulada de los ambiciosos que para ir levantándose por el mundo, comienzan por fingirse frenéticos defensores de los desamparados.
¡Viva la paz real! ¡Viva el imperio de la libertad en la diversidad más plena! ¡Abajo las mentiras y demagogias comunistas! ¡Abajo los gobiernos dictatoriales, totalitarios, extremistas radicales, absolutistas y fundamentalistas en el mundo que atentan contra la diversidad más plena dentro de sus fronteras y amenazan la paz! ¡Viva Cuba libre!
Ciudad de La Habana, 19 de agosto de 2010.
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