Camagüey, 28 de marzo/ CIHPress.― La contaminación del agua potable con residuales es la principal causa de un nuevo brote diarreico masivo en la población penal confinada tras las rejas de la prisión provisional Cerámica Roja en Camagüey.
Obstrucciones en las viejas y deterioradas redes hidro sanitarias han provocado el desbordamiento de las fosas. Dando lugar a que las aguas albañales pobladas de excrementos y bacterias nocivas a la salud se mezclen con el agua para beber que escasamente abastecen dos veces al día por espacio de tiempo muy reducido.
Para las autoridades penitenciarias y los servicios de salud en esta cárcel del centro oriental de la isla donde la insalubridad, las plagas de insectos, roedores y las epidemias son comunes y permanentes, la situación no es alarmante.
En el sentir de los militares al servicio de la revolución socialista, los delincuentes no son personas. Y es por ello que a nadie le interesa una contaminación epidemiológica que está poniendo en riesgo la vida a ciento de seres humanos sometidos a encarcelamiento en este antro carcelario.
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