Por: Magaly Norvis Otero Suárez, Periodista Independiente de la Agencia Libre Asociada (ALAS).
La Habana, Cuba- 1º de junio- El reo Yosmel Díaz Gómez, de 21 año de edad, intentó quitarse la vida en una celda de la Prisión Centro Disciplinario Occidental Ganuza, que se encuentra ubicado en el municipio San José de las Lajas en la Provincia de La Habana, el pasado 28 de mayo por encontrarse confinado en una celda de castigo sin haber cometido ninguna indisciplina.
Díaz Gómez, extingue una sanción de 1 años y 3 meses de privación de libertad por el delito común de amenaza y daños. “Trató de ahorcarse con una sabana después de llevar cuatro días encerrado en una celda”, declaró Yaimel, un reo recluido en ese centro carcelario, expresó que: “el estado depresivo del reo lo condujo a atentar contra su propia vida, al fallido intento fue esposado a la cama, donde permaneció por espacio de ocho horas.”
El prisionero es ese ser humano sometido al rigor forzado del encierro, privado de las más elementales satisfacciones psico-afectivas. El sistema carcelario de Cuba constituye un submundo donde reinan los malos tratos. Las condiciones de internamiento insalubre, infrahumano y degradante, la falta de toda norma de respeto, las constantes violaciones a todo principio de derecho a la defensa, hacen que la policía penitenciaria sea agresiva, violadora de los derechos más elementales a la dignidad humana.
La libertad es uno de los dones más preciados que posee el ser humano, este derecho fue reprimido y suprimido en la isla desde los primeros días de la revolución castro- comunista. Castigar al ser humano al máximo significa destruir todas las garantías de la libertad.
Esta historia se escribe a través de 50 años del totalitarismo que rige en Cuba, golpeados, baleados, por huelgas de hambre, falta de atención médica. La auto agresión son los principales factores de defunción de la población penal en las prisiones cubanas.
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