Por: Roberto de Jesús Guerra Pérez, Periodista Independiente, Director del Centro de Información Hablemos Press (CIHPRESS) y Vice-presidente primero del Consejo de Relatores de D.H en Cuba.
Advierto que Cuba y su gobierno deben mirar con urgencia hacia el campo. Tienen que hacer más productiva y eficiente su agricultura para poder disminuir toda ésta situación económica que mantiene sumida en la extrema pobreza a la población en general.
El grupo del poder cubano deberá entregar de una vez las tierras a quienes verdaderamente la producen, y eso debemos de exigirlo urgente, aunque creo a ellos no les interesa realmente, pues se han lavado las manos como Poncio Pilatos ante el mundo y la opinión pública, haciendo creer que toda la culpa es del vecino del norte.
La población se debilita ante la falta de productos del agro, mientras que las Tiendas Recaudadoras de Divisa (TRD), un negocio de los mandatarios, permanecen abarrotadas de artículos de primera necesidad comprado a firmas norteamericanas, a los que el ciudadano promedio no puede acceder por los bajos ingresos y los altos precios. Sus etiquetas de fabricación lo demuestran, e investigaciones en internet anuncian que en el año 2008 fueron gastados 580 millones de dólares en alimentos a firmas comerciales en Estados Unidos.
Señores, no nos engañemos más ni queramos engañar a los ciudadanos que ya están convencidos de que quien inventó el juego está llegando a su fin por el desgobierno. Es visible que la administración de La Habana desde los años 90 se sumió en una crisis económica algo grave. Sólo que han corrido con suerte, pues han sido apuntalada por gobiernos de Latinoamérica que ya se encuentran casi en la misma situación.
Un artículo de la revista Bohemia refleja que en éste año se incurrirá en un gasto cercano a los 2 mil millones de dólares en compra de alimentos en el extranjero. Este dinero puede ser utilizado para desinfectar aquellas tierras que las autoridades quitaron a los campesinos, productivas por cierto, donde reverdece el marabú en vez de hortalizas, viandas y granos.
Es que acaso esos ancianos que se encuentran en el poder, que la mayoría eran hijos de terratenientes, no recuerdan que Cuba era una tasa de oro que producía en sus tierras lo que se cultiva y se cosecha con destino a la mesa proveniente del sector campesino. La ceguera es tanta que las reflexiones de la abuela no les permiten ver el pasado con mira al futuro.
Es cierto que la crisis económica internacional ha aumentado, los precios en el mercado internacional también, pero por qué no podemos abaratar y mejorar la situación por la que pasamos desde hace 50 años, en la que han quedado proyectos obsoletos donde se han hecho inversiones millonarias sin resultados aún, por qué no darle la tierra a quien verdaderamente las produce para mejorar la condiciones del país.
Se ha culpado al gobierno americano por mantener un bloqueo que si alguien un remoto día le diera por rebuscar se daría cuenta de que todo ha sido un juego preparado para bloquear internamente al ciudadano.
Lo que sucede en Cuba, no es que haya perdido de pronto su capacidad de producir alimentos, es que los gobernantes han quitado la tierra a quienes la producen, para cooperar con el medio ambiente diseminando por toda la isla la mala hierba, el marabú, así como, militarizándolo todo, esa es la verdadera razón.
Cuba ocupaba en 1959 uno de los primeros lugares en el mundo en la producción de carne avícola, ganadera y caballar, y a la vez producía el 87 por ciento de su arroz. La industria azucarera y cafetalera que hoy está completamente arruinada por la mala administración gubernamental, llegó en los años 44 al 48 a producir 8 millones de toneladas de azúcar neta, y cerca de 750 000 quintales de café crudo, según un dato sacado del censo agrícola nacional que cuenta en el poder de la Biblioteca Independiente Henry Reeves.
La tecnología ha avanzado en el mundo, donde único no se echa a ver es en la isla después de 5 décadas de “revolución”, donde un ciudadano no puede comer carne roja por sus altos precios en las TRD. Los mercados agrícolas ofrecen un plátano a 6 pesos cubanos, un aguacate a 15 y un mango a 10 por poner ejemplos, cuando estos productos valían a kilo por la cantidad en los puestos.
La agricultura cubana está obligada a alcanzar soluciones de valor importante para el bien de la nación. La solución está en nuestras manos.
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