Por: Roberto de Jesús Guerra Pérez, Periodista Independiente, Director del Centro de Información Hablemos Press (CIHPRESS) y Vice-presidente primero del Consejo de Relatores de D.H en Cuba.
La Habana, Cuba-10 de junio- El súper año de la política 2009. Difícil de superar en cuanto a velocidad es la política que lleva a cabo el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, contra el gobierno cubano y otros países del mundo que culparon al vecino del norte de todos los males que los agobia. Oficialmente en enero el presidente demócrata ocupó su sillón en la Casa Blanca, desde entonces no ha dejado de mover fichas y ha puesto al mundo patas arriba con su obama-manía.
No es catalogado como un Dios, pues los humanos asemejan al creador una persona de piel blanca y cabello rubio muy largo, no es el arquetipo del demócrata. Lo que si muchos creen en que fue él quien vino a salvar al mundo en el 2009. En estos momentos la crisis es mundial pero la esperanza está firme en que quien ocupa el sillón de la Casa Blanca, será quien dé fin a la crisis que se agudiza.
No tenemos un dato exacto, pero sí a modo de ver las cosas un 90% de la población mundial confía en Barack Obama, si estoy equivocado que alguien me corrija. El mundo está llamado a seguir la política de este joven presidente, pues ha demostrado en el poco tiempo que lleva gobernando que puede hacerlo cambiar con sus propuestas.
Se trata sin duda de un súper año en la política mundial. Período sumido en medio de una crisis económica, la más dura de las últimas décadas. La estremecida crisis financiera, transformada en conflicto económico global, afecta desde hace meses duramente a la economía cubana. Aunque los analistas internacionales explican que realmente el problema comenzó con la entrada en el poder en el 1959 de los hermanos Castro por su desgobierno.
Estos últimos se han tambaleado siempre, apuntalados en un inicio por el campo socialista de la Unión Soviética, y a partir de los años 90 por gobiernos de Latinoamérica, ahora por su anfitrión en jefe teniente coronel Hugo Rafael Chávez Fría.
La apretada economía mundial golpea además al reconocido oficialmente y único Partido Comunista de Cuba (PCC), quien no podrá realizar sus reuniones fijadas por estos meses, no por la falta de chavitos (dólares CUC que circulan dentro de la isla), sino porque el convaleciente en jefe Fidel, ha entrado en una permanente crisis diarreica desde que Obama se sentó a mover las fichas que éste había manoseado durante 5 décadas, haciéndole creer al mundo que él sí era ese Dios que haría cambiar con su Revolución Energética y la Batalla de Ideas la cual han quedado postradas como él, en las reflexiones del órgano oficial del PCC.
Las predicciones para el 2009 en la economía cubana son sombrías. De hecho las autoridades han comenzado a rebajar la cuota que venden a la población a través de una libreta de racionamiento, y el cierre de mercados agrícolas. Parte del problema también son los cortes de electricidad, y una serie de restricciones de consumo de energía así como la acuciante cuestión del transporte urbano, que hace gran estrago entre la población.
Los cubanos nos hallamos ante transformaciones históricas: el retorno del estado al llamado periodo especial (por el cual ya estamos pasando transitoriamente) como actor económico. La era de la libertad de expresión, terminando en medio de la creación de miles de disidentes, creados por el propio desgobierno del grupo de poder, quien ha encarcelado a decenas de personas por disentir, y ahora en medio de la crisis se verá en la obligación de fabricar candados para tapar la boca a los 11 millones de ciudadanos que disiente del sistema.
Dos fechas históricas, nos trae este año. El cumpleaños 50 de la revolución cubana, iniciada en 1959, y la otra, quedará históricamente fijada en la mente de miles de generaciones, la caída en el 2009 de ésta. 1959/2009, la libertad festeja cumpleaños. No dejen de festejar cubanos que como dice un viejo refrán: no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. ¡Qué año!
No hay comentarios:
Publicar un comentario