Por Jorge Alberto Liriano Linares, prisionero, desde la prisión Provisional Cerámica Roja dicta los textos por teléfono y Magaly Norvis Otero Suárez los transcribe.
Camagüey, 7 de febrero.― Daniel Álvarez Risco, de 33 años de edad, viajó desde su municipio de residencia, Jimaguayú, a la ciudad de Camagüey para luchar los pesos con un bici taxi y así poder dar alimento a sus dos hijos menores.
Este padre de familia jamás imaginó, que en la noche del 16 de enero resultaría lesionado gravemente en el ojo izquierdo y sufriría laceraciones en todo el cuerpo producto de la golpiza que le propinaran agentes de la policía nacional revolucionaria (PNR) perteneciente a la calle República.
Según Daniel, quien recién ingresó a la prisión Cerámica Roja, acusado de un delito de atentado por estacionarse en una zona prohibida, recibió el llamado de atención por parte de un agente que lo maltrató de palabra.
Al reclamar sus derechos ciudadanos ante la humillación policial, fue conducido al sector policial y en presencia del capitán Mayito, jefe de esa instancia, fue masacrado a golpes por los agentes causándole severas lesiones. Luego fue enviado a la tercera unidad de la PNR donde lo mantuvieron aislado e incomunicado por espacio de 15 días sin asistencia médica y le negaron el certificado de lesiones.
El caso fue denunciado a las instancias de la fiscalía militar de la región de Camagüey por los familiares sin que aún hayan dado respuesta. Y es que la fiscalía y el gobierno de la Isla encubren y estimulan la represión. La violencia policial contra el pueblo, acciones de terror por parte de la policía se cometen todos los días.
Están salpicando las calles con sangre y enlutando los hogares. Evidenciando así que la revolución cubana es símbolo de miseria, sangre y luto después de medio siglo…
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